Cada carta es un encuentro entre dos almas. En este reflexión, me comparto mis ideas a mi querida hija, un testimonio de amor y sabiduría. Las/Estas/Mis palabras son como estrellas que guiñan su destino a través del tiempo. Que esta historia sea un recordatorio que la fortalezca en sus momentos de incertidumbre. Un cariño lleno de esperanza,